Qué pasó con la hoja del Olimpo
Supuestamente, la Espada del Olimpo no suprime a un dios completamente, solo destroza su forma física y les deja huír en forma astral. Esto le pasa a Zeus y Atenea, los únicos dioses atravesados por esta espada. En God Of War III, Kratos solo lo usó contra los gigantes.
Este viernes llega a las tiendas el aguardado God of War, que marca el regreso de un Kratos que no veíamos en nuestra PlayStation ya hace prácticamente cinco años mientras que nos divertimos de God of War: Ascension.
En un caso así, Santa Monica Studios decidió apostar por la revolución de las fórmulas, y este salto a la mitología norteña se transforma en una suerte de mezcla entre reinicio y continuación de lo que conocíamos. La historia del Espectro de Esparta y lo contado en juegos para videoconsolas precedentes todavía es válida, pero eso sí, God of War piensa un punto de cambio a nivel mecánico y narrativo.
Espada de Damocles
En La espada de Damocles, 1812 de Richard Westall
La espada de Damocles es un arma mítica que tiene su origen en la historia siciliana. Damocles era un cortesano en la corte del rey Dionisio que regularmente halagaba al rey con encomios desmesurados. El rey se ofreció a cambiar de sitio con el cortesano a fin de que pudiese presenciar de primera mano la «suerte» que el cortesano mencionó que tenía el rey. Damocles aceptó rápidamente la oferta. No obstante, tras sentarse sobre el trono, Dionisio apuntó la espada que colgaba sobre el trono por solo una crin de caballo.
Zeus (Ζεύς) es el patriarca de los dioses olímpicos. Es el rey de los dioses, el gobernante del cielo y la deidad suprema del panteón heleno. Zeus es el señor del rayo y la energía, el mucho más poderoso de sus compañeros. Su nombre significa verdaderamente «Dios». Sin él, la mitología griega verdaderamente carecería de sentido.
Si bien la niñez de la primera generación de dioses olímpicos no fue satisfactorio, la del bebé Zeus es una historia de retos y conquistas con final feliz. Zeus era el mucho más pequeño de los hijos de los gigantes Presa y Cronos, siendo este último el mucho más poderoso de todos y señor del cosmos. Pero la verdad es que no pudimos premiarlo como Padre del Año: una vieja profecía señalaba que un hijo de el lo destronaría y se apoderaría de todo el mundo. Chrono sospechaba de su descendencia, con lo que decidió devorarlos tan rápido como naciesen. Presa vivía con temor cada nuevo embarazo pues sabía cuál sería el destino digestivo de sus bebés.
La rebelión contra el Olimpo
Pero las expresiones de Athena fortalecen la iniciativa de Kratos sobre la injusticia de los dioses, y soluciona que si todo el Olimpo le niega la victoria, todo el Olimpo debe perecer. Kratos vuelve a la Cámara de los Hilos y emplea su poder para regresar en el final de la batalla entre los colosos y los dioses. Allí lo espera Gaia y Kratos le enseña que tienen que ir en su instante para acabar la guerra, en esta ocasión con un Zeus enclenque donde Labres y Atenea están fallecidos. Utilizando el poder del tiempo, trae a los Colosos al presente justo antes que el joven Zeus aseste el golpe final a la Espada del Olimpo.
En la escena final, Kratos llega al presente con los Colosos para agredir el Olimpo. Zeus y los otros dioses: Helios, Hermes, Hades y Poseidón, manteniendo la Espada del Olimpo en la espalda de Gaia, miran a los Gigantes y Kratos mientras que chillan: «Zeus, tu hijo ha regresado, trayendo la destrucción del Olimpo».
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