Qué es amor muerte y robots
Criaturas espantosas, sorpresas retorcidas y humor negro se unen en esta antología de historias animadas para mayores, presentada por Tim Miller y David Fincher. Ve todo cuanto quieras. Esta serie de Tim Miller y David Fincher ganó el Emmy a Mejor Corto de Animación en 2019 y 2021.
En el profético Wall-Y también (Andrew Stanton, 2008) la tierra se había transformado en un vertedero y los humanos habíamos degenerado en obesos inútiles y perezosos, inútiles de llevar a cabo nada por nosotros gracias -o mucho más bien gracias a- la ubicuidad de las máquinas en nuestras vidas, encargadas de agradar todas y cada una nuestras pretensiones. Gadgets que nos nutrían, peinaban y se comunicaban con otra gente por nosotros habían transformado nuestra vida en una luna de miel pacífica mientras que desfiguraban completamente nuestros cuerpos y psiques. Atención al usuario automatizada (Meat Dept, Kevin Van Der Meiren, David Nicolas, Laurent Nicolas, 2021), el primer episodio de la novedosa temporada de Love, Death & Robots, aborda esta crítica al dominio que la tecnología tiene sobre nuestras vidas con un en Una historia fácil donde los diálogos resaltan un humor disparatado. Los autores fundamentan su iniciativa visual en el abandono del realismo y la exageración de los datos, ridículos y a veces inquietantes, para mostrarnos una comedia que, pese a su aparente ligereza, se sumerge prácticamente tanto o mucho más en la historia que sus compañeras de temporada Love. Triángulo, muerte y robots que definen el espíritu y título de la serie.
En comunidades con asistencia técnica incesante, la vida se volvió tan cómoda que no es requisito sacar a pasear al perro, y bastante menos recogerlo, en tanto que los gadgets electrónicos lo hacen por nosotros. Los reyes de la vivienda por el momento no son las mascotas, no sus dueños, sino más bien las máquinas que han colonizado nuestras vidas. Uno, el mucho más inesperado, se subleva contra su dueño y el caos empieza a reinar en la tranquilidad de la vivienda. Isaac Asimov, entre los genios incontrovertibles de la ciencia ficción, acuñó el término «complejo de Frankenstein» para referirse al temor infundado del hombre a que las máquinas se rebelen contra sus autores. Desde piezas maestras del género como 2001: Una odisea del espacio (2001: Una odisea del espacio, Stanley Kubrick, 1968) o Blade Runner (Ridley Scott, 1982) hasta superproducciones del siglo XXI que llevamos dentro, las películas fueron extensamente comentadas en el cine, pero aquí fueron tomadas ad absurdum, por el hecho de que el rebelde no es otro que la aspiradora doméstica. Y más allá de que esto indudablemente ha aliviado la tensión de las tareas familiares repetitivas, en la era de Telemark y la asistencia telefónica, todavía es un fastidio contactar con el desarrollador del dispositivo para arreglar un inconveniente. El interrogante que nos hace el servicio de atención al usuario automatizado es: ¿Quién se favorece verdaderamente de la intrusión de la tecnología en todos y cada aspecto de nuestras vidas?