Cómo se llama el juego de los cuadros de colores

Timbiriche, colchón, cuadrado, caja o puntos, es un juego de lapicero y papel. Es un juego anunciado por vez primera en 1889 por Édouard Lucas (bajo el nombre de Pipopipette) que se puede jugar con niveles diferentes de hondura y tiene la posibilidad de tener un fuerte ingrediente estratégico.

Colores separados

4 Propósito

Dibujar un fin en el suelo con tiza (múltiples círculos uno en el otro). El del medio es el que tiene la puntuación mucho más alta y el exterior es el que tiene la puntuación mucho más baja.

¡En este momento todo cuanto debemos realizar es agarrar ciertas rocas y apuntar! Se establecen múltiples rondas y gana el que anota mucho más puntos.

El teléfono roto

En el momento en que se pone un mensaje en el oído del compañero que debe transmitirse al último jugador, se genera una entretenida confusión al conformar frases totalmente distintas a las que ha dicho el jugador original. Cuanta mucho más gente participe, mayor va a ser la contrariedad. Es una forma simple de pasar el tiempo y burlarse de de qué manera los mensajes inicial y final no están relacionados.

El área de juego está acotada por un enorme rectángulo en el que se ubican los elementos de los 2 equipos competidores. Ahora, se lanzan distintas balones por toda el área, con los que los players tienen que disparar y pegar a los players contrarios: si te apalean, andas fuera y por el momento no puedes jugar. No obstante, si el contrincante captura la pelota en el aire mientras que la lanza, el jugador que la lanzó queda eliminado. Enormes dosis de adrenalina y actividad física se condensan en un juego muy dinámico y divertido.

Sagrada

Proseguimos con “Sagrada” donde vamos a ser profesores artesanos decorando las vidrieras de la Basílica Sagrada Familia de Barcelona, ​​obra iniciada por el arquitecto modernista Antoni Gaudí. Los dados de colores se usan en el tablero de juego en vez de los habituales bloques de vidrio. Quim Pérez afirma que “en el momento de ponerlos en las ventanas hay que respetar los colores y los números, puesto que no se tienen la posibilidad de reiterar con los dados en situaciones anexas, lo que no va a ser nada simple”.

De un monumento Patrimonio de la Humanidad a otro, nos vamos a la fantástica localidad portuguesa de Évora. Aquí es donde se lleva a cabo la acción de “Azul”. El rey Manuel I de Portugal (1469-1521) se enamoró de las creaciones cerámicas de la Alhambra de Granada a lo largo de su último viaje a España, con lo que desea emular esta estética en su palacio real de Évora. El monarca nos reta a los artesanos. “En este juego abstracto, nuestra labor es hacer creaciones de colores según un esquema y también procurar aumentar al máximo los puntos para ponerlos en frente de el resto competidores”, enseña el encargado de Table Loser. En este momento ha salido una exclusiva versión, «Cristales de Sintra» donde debes adornar la fantasía del Palacio de Sintra.

Gratis

Una variación de la modalidad gratis es la «American Series» del estadounidense George Slosson. Esta versión del billar se apoya en poner las bolas en situación triangular cerca de entre las ataduras, siempre y en todo momento con una situación dominante para el taco, intentando que las bolas prosigan exactamente la misma dirección durante las ataduras hasta el momento en que entren o den mucho más vueltas. la mesa.

Esta manera se puede sintetizar en que el jugador debe hallar el máximo número de puntos pegando la bola del opuesto sobre los palos ubicados en el número 5 del centro de la mesa y la visión del opuesto queda denegada por su bola en los palos, lo que quiere decir que los palos están en medio entre su bola y el resto y no puede disparar alén de la cinta.